Como consultor en RRHH una de las actividades que realizo es compartir cursos. (Porque yo no imparto cursos: Los comparto). Ocasionalmente decido presentarme en algunos de ellos como topógrafo. Y, claro, cuando alguien asiste a un curso de dirección, o de ventas, o de gestión… …causa una cierta sorpresa que el consultor-instructor se presente como topógrafo.
Intento ayudar, no sé si con demasiado éxito, con una aclaración posterior: “Sí, soy topógrafo: Un topógrafo de emociones.”
Vio el semáforo ponerse en amarillo y decidió detenerse frente a la línea del paso de peatones.
El hombre que estaba en el automóvil de atrás se puso furioso. Empezó a tocar el claxon. También abrió la ventanilla y lo insultó.
En medio de su pataleta, vio que alguien le tocaba el cristal de el otro lado.
Allí, parado junto a él, estaba un policía mirándolo muy seriamente. El oficial le ordenó salir del coche y lo llevó a la comisaría donde lo revisaron de arriba abajo, le pidieron todos los papeles y procedieron con todas las preventivas. Después de un par de horas, el policía se acercó y lo dejó libre diciéndole:
“Caballero, lamento mucho este error”. Le traje porque le escuché furioso insultando al otro conductor, queriendo pasarle por encima, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces.
El tema fue que al acercarme para ver que le pasaba vi que, de su espejo retrovisor colgaba un signo de la Paz, en el cristal de atrás tenía una pegatina que decía ‘Yo elijo la Vida’; otra que decía ‘Sígueme el Domingo a la Iglesia’ y finalmente, el emblema de la Serenidad. …"Como era de esperar: ¡Supuse que el auto era robado!”
¿Puedes reconocerte siendo de una manera en una determinada circunstancia y diferente en otras?
¿Cuál es el precio que pagamos por nuestras contradicciones?
En la final del Mundial de fútbol de 2006 el jugador francés Zinedine Zidane fue expulsado en los últimos minutos del partido por haberle dado un cabezazo al defensor italiano Marco Materazzi. De los que vieron ese partido, pocos se acuerdan si ganó Francia o Italia. En cambio, todo el mundo que lo vio, se acuerda de ese cabezazo. ¿Cómo podía ser que un jugador profesional cometiera una falta tan importante en el mejor momento de su carrera?
Sin embargo, es esto lo que hacemos a diario todos. Lo hacemos cuando saboteamos nuestros objetivos. Como si fuéramos nuestros propios enemigos. Son esas cosas que, decimos, ocurren “sin pensar”: Son las emociones. Y cómo las gestionamos.
¿Puedes ver como se resiente tu confianza en ti mismo cuando dices que vas a hacer algo y no lo haces? ¿O cuando consideras que algo es importante pero no lo tienes en cuenta? En esos momentos puedes culpar a lo que sea: a tu entorno, tu suerte, tu pareja, tu jefe, tus padres, tus hijos, tu trabajo… ..al universo que se ha confabulado contra ti. Pero, en el fondo, tú sabes quién te saboteó: Tú. Tú en uno de “esos momentos” de “sin pensar”.
Carl Jung desarrolló el concepto y lo llamó nuestra sombra, también le podríamos llamar nuestro rival. Esa parte interna que no quiere que logremos el éxito y nos sabotea como puede.
Parece sencillo: Es sólo una cuestión de vivir alineado con valores, hacerlos importantes y vivir de acuerdo con ellos.
¿Para qué? Te diría que para sentirnos bien con nosotros mismos.
Observa tus mensajes: Qué estás convirtiendo en importante y luego piensa si vives de acuerdo con ello. Observa las frases que subrayas o recortas. Sí, esas que tienes en tu ordenador. Esas que cuelgas en facebook. Si, esas que hablan de la sabiduría de la vida. ¿Vives de acuerdo con ellas? ¿O son solo bonitas y por eso las guardas o clicas “me gusta”?
La sombra no existe sin la luz.
En la vida hay cosas que nos hacen reaccionar de la manera contraria a la que necesitaríamos porque nos vemos apretados. Presionados. En tensión. Pero somos nosotros los que hacemos lo que no tenemos que hacer.
Seguramente habrá situaciones o personas que harán cosas para que nosotros mismos nos expulsemos del partido de la vida. Pero siempre tendremos la posibilidad de elegir cómo reaccionar y en ese lugar vivirá nuestro poder personal. ¿Ganas tu o gana tu sombra? Eso te muestra quien tiene mas desarrollado el poder.
¿Quién gana cuando postergas una acción que sabes que necesitas hacer para lograr tu objetivo?
¿Quién gana cuando el miedo frena eso habías decidido que tenías que hacer?
¿Tu luz? ¿O tu sombra?
“En cierta ocasión un belicoso samurái desafió a un anciano maestro zen a que le explicara los conceptos de cielo y el infierno. Pero el monje replicó con desprecio:
- ¡No eres más que un patán y no puedo malgastar mi tiempo con tus tonterías!
El samurái, herido en su honor, montó en cólera y, desenvainando la espada, exclamó:
-Tu impertinencia te costará la vida.
-¡Eso -replicó entonces el maestro-es el infierno!
Conmovido por la exactitud, precisión y contundencia de las palabras del maestro sobre la cólera que le estaba atenazando, el samurái se calmó, envainó la espada y se postró ante él, agradecido.
-¡Y eso-concluyó entonces el maestro-, eso es el cielo!”
Esta reacción se denomina secuestro emocional, e ilustra a la perfección la diferencia entre permanecer atrapado por un sentimiento y darse cuenta de que uno está siendo arrastrado por él. Darse cuenta de los propios sentimientos en el mismo momento en que éstos tienen lugar constituye la piedra sobre la que se construye la inteligencia emocional.
La sombra sólo es ausencia de luz.
Todo lo que necesitas saber está dentro de ti. Tú eres el profesor y el alumno: el puente entre ambos es lo que vas aprehendiendo a lo largo de la vida. Más que nada porque no hay maestros, sólo espejos donde verse reflejado. Y los espejos, para reflejar, necesitan luz. Tu luz.
La sombra y la luz, el cielo y el infierno… están en ti. Con esas frases, con esos “me gusta”, con lo que cuelgas en facebook… Con eso, sé por que cosa apuestas. ¿Pero qué ganará?: Tu decides qué quieres que gane.
Te abrazo.